EL EVANGELIO DEL DÍA: “ACOMPAÑABAN A JESÚS LOS DOCE Y TAMBIÉN ALGUNAS MUJERES” (LC 8,1-2) PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A TIMOTEO 6,3-12. ...
EL EVANGELIO DEL DÍA:
“ACOMPAÑABAN A JESÚS LOS DOCE Y TAMBIÉN ALGUNAS MUJERES” (LC 8,1-2)
PRIMERA CARTA DE SAN PABLO A TIMOTEO 6,3-12.
Si alguien enseña otra cosa y no se atiene a los preceptos saludables de nuestro Señor Jesucristo, ni a la doctrina que es conforme a la piedad, es un ignorante y un orgulloso, ávido de discusiones y de vanas polémicas. De allí nacen la envidia, la discordia, los insultos, las sospechas malignas y los conflictos interminables, propios de hombres mentalmente corrompidos y apartados de la verdad, que pretenden hacer de la piedad una fuente de ganancias.
Sí, es verdad que
la piedad reporta grandes ganancias, pero solamente si va unida al desinterés.
Porque nada
trajimos cuando vinimos al mundo, y al irnos, nada podremos llevar.
Contentémonos con
el alimento y el abrigo.
Los que desean
ser ricos se exponen a la tentación, caen en la trampa de innumerables ambiciones,
y cometen desatinos funestos que los precipitan a la ruina y a la perdición.
Porque la
avaricia es la raíz de todos los males, y al dejarse llevar por ella, algunos
perdieron la fe y se ocasionaron innumerables sufrimientos.
En lo que a ti
concierne, hombre Dios, huye de todo esto. Practica la justicia, la piedad, la
fe, el amor, la constancia, la bondad.
Pelea el buen
combate de la fe, conquista la Vida eterna, a la que has sido llamado y en
vista de la cual hiciste una magnífica profesión de fe, en presencia de
numerosos testigos.
SALMO 49(48),6-7.8-10.17-18.19-20.
¿Por qué voy a temer en los momentos de peligro, cuando me rodea la maldad de mis opresores, de esos que confían en sus riquezas y se jactan de su gran fortuna?
No, nadie puede
rescatarse a sí mismo ni pagar a Dios el precio de su liberación, el precio de
su rescate es demasiado caro, y todos desaparecerán para siempre. para poder
seguir viviendo eternamente sin llegar a ver el sepulcro: No te preocupes
cuando un hombre se enriquece o aumenta el esplendor de su casa: cuando muera,
no podrá llevarse nada, su esplendor no bajará con él.
Aunque en vida se congratulaba, diciendo:
“Te alabarán
porque lo pasas bien”, igual irá a reunirse con sus antepasados, con esos que
nunca verán la luz.
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 8,1-3.
Jesús recorría las ciudades y los pueblos, predicando y anunciando la Buena Noticia del Reino de Dios. Lo acompañaban los Doce y también algunas mujeres que habían sido curadas de malos espíritus y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios;
Juana, esposa de
Cusa, intendente de Herodes, Susana y muchas otras, que los ayudaban con sus
bienes.
EXTRAÍDO DE LA BIBLIA: LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS.
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