EL EVANGELIO DEL DÍA: ¡NO ESCONDAN LA VERDAD! CARTA DE SAN PABLO A LOS COLOSENSES 1,24-29.2,1-3. Ahora me alegro de poder sufrir por u...
EL EVANGELIO DEL DÍA:
¡NO ESCONDAN LA VERDAD!
CARTA DE SAN PABLO A LOS COLOSENSES 1,24-29.2,1-3.
Ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia.
En efecto, yo fui
constituido ministro de la Iglesia, porque de acuerdo con el plan divino, he
sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios, el
misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso
manifestar a sus santos.
A ellos les ha
revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este misterio, que
es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria.
Nosotros
anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la
verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo.
Por esta razón,
me fatigo y lucho con la fuerza de Cristo que obra en mí poderosamente.
Sí, quiero que
sepan qué dura es la lucha que sostengo por ustedes, por los de Laodicea y por
tantos otros que no me conocen personalmente.
Mi deseo es que
se sientan animados y que, unidos estrechamente en el amor, adquieran la plenitud
de la inteligencia en toda su riqueza. Así conocerán el misterio de Dios, que
es Cristo, en quien están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y del
conocimiento.
SALMO 62(61),6-7.9.
Sólo en Dios descansa mi alma, de él me viene la esperanza.
Sólo él es mi
Roca salvadora, él es mi baluarte: nunca vacilaré.
Confíen en Dios constantemente, ustedes, que son su pueblo; desahoguen en él su corazón, porque Dios es nuestro refugio.
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 6,6-11.
Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada.
Los escribas y
los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado,
porque querían encontrar algo de qué acusarlo.
Pero Jesús,
conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada:
"Levántate y quédate de pie delante de todos". El se levantó y
permaneció de pie.
Luego les dijo:
"Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal,
salvar una vida o perderla?".
Y dirigiendo una
mirada a todos, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y
su mano quedó curada.
Pero ellos se
enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
EXTRAÍDO DE LA BIBLIA: LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS.
No hay comentarios
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.