EL EVANGELIO DEL DÍA: “ENTONCES, JESÚS ROMPIÓ A LLORAR. LOS JUDÍOS COMENTABAN: ¡CÓMO LO QUERÍA!” (JN 11,35-36) EPÍSTOLA I DE SAN JUAN 4,...
EL EVANGELIO DEL DÍA:
“ENTONCES, JESÚS ROMPIÓ A LLORAR. LOS JUDÍOS COMENTABAN: ¡CÓMO LO QUERÍA!” (JN 11,35-36)
EPÍSTOLA I DE SAN JUAN 4,7-16.
Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios.
El que no ama no
ha conocido a Dios, porque Dios es amor.
Así Dios nos
manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por
medio de él.
Y este amor no
consiste en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó primero,
y envió a su Hijo como víctima propiciatoria por nuestros pecados.
Queridos míos, si
Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros.
Nadie ha visto
nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y
el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros.
La señal de que
permanecemos en él y él permanece en nosotros, es que nos ha comunicado su
Espíritu.
Y nosotros hemos
visto y atestiguamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.
El que confiesa
que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios, y Dios permanece en él.
Nosotros hemos
conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y el
que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él.
SALMO 34(33),2-3.4-5.6-7.8-9.10-11.
Bendeciré al Señor en todo tiempo, su alabanza estará siempre en mis labios.
Mi alma se gloría
en el Señor: que lo oigan los humildes y se alegren.
Glorifiquen
conmigo al Señor, alabemos su Nombre todos juntos.
Busqué al Señor:
El me respondió y me libró de todos mis temores.
Miren hacia Él y
quedarán resplandecientes, y sus rostros no se avergonzarán.
Este pobre hombre
invocó al Señor: Él lo escuchó y lo salvó de sus angustias.
El Ángel del
Señor acampa en torno de sus fieles, y los libra.
¡Gusten y vean
qué bueno es el Señor!
¡Felices los que
en Él se refugian!
Teman al Señor,
todos sus santos, porque nada faltará a los que lo temen.
Los ricos se
empobrecen y sufren hambre, pero los que buscan al Señor no carecen de nada.
EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 11,19-27.
Muchos judíos habían ido a consolar a Marta y a María, por la muerte de su hermano.
Al enterarse de
que Jesús llegaba, Marta salió a su encuentro, mientras María permanecía en la
casa.
Marta dijo a Jesús:
"Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.
Pero yo sé que
aun ahora, Dios te concederá todo lo que le pidas".
Jesús le dijo:
"Tu hermano resucitará".
Marta le
respondió: "Sé que resucitará en la resurrección del último día".
Jesús le dijo:
"Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera,
vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?".
Ella le
respondió: "Sí, Señor, creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que
debía venir al mundo".
EXTRAÍDO DE LA BIBLIA: LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS.
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