EL EVANGELIO DEL DÍA: «ES NECESARIO QUE ÉL CREZCA Y YO DISMINUYA» (JN 3,30) LIBRO DE ISAÍAS 49,1-6. ¡Escúchenme, costas lejanas, prest...
EL EVANGELIO DEL DÍA:
«ES NECESARIO QUE ÉL CREZCA Y YO DISMINUYA» (JN 3,30)
LIBRO DE ISAÍAS 49,1-6.
¡Escúchenme, costas lejanas, presten atención, pueblos remotos! El Señor me llamó desde el seno materno, desde el vientre de mi madre pronunció mi nombre.
El hizo de mi
boca una espada afilada, me ocultó a la sombra de su mano; hizo de mí una
flecha punzante, me escondió en su aljaba.
Él me dijo:
"Tú eres mi Servidor, Israel, por ti yo me glorificaré".
Pero yo dije:
"En vano me fatigué, para nada, inútilmente, he gastado mi fuerza".
Sin embargo, mi derecho está junto al Señor y mi retribución, junto a mi Dios.
Y ahora, ha
hablado el Señor, el que me formó desde el seno materno para que yo sea su
Servidor, para hacer que Jacob vuelva a él y se le reúna Israel. Yo soy valioso
a los ojos del Señor y mi Dios ha sido mi fortaleza.
El dice: "Es
demasiado poco que seas mi Servidor para restaurar a las tribus de Jacob y
hacer volver a los sobrevivientes de Israel; yo te destino a ser la luz de las
naciones, para que llegue mi salvación hasta los confines de la tierra".
SALMO 139(138),1-3.13-14ABC.14D-15.
Señor, tú me sondeas y me conoces, tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares.
Tú creaste mis
entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre: te doy gracias porque fui
formado de manera tan admirable.
¡Qué maravillosas
son tus obras!
Tú conocías hasta
el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en
lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra.
LIBRO DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES 13,22-26.
Pablo decía: "Cuando Dios desechó a Saúl, les suscitó como rey a David, de quien dio este testimonio: He encontrado en David, el hijo de Jesé, a un hombre conforme a mi corazón que cumplirá siempre mi voluntad.
De la
descendencia de David, como lo había prometido, Dios hizo surgir para Israel un
Salvador, que es Jesús.
Como preparación
a su venida, Juan había predicado un bautismo de penitencia a todo el pueblo de
Israel.
Y al final de su
carrera, Juan decía: 'Yo no soy el que ustedes creen, pero sepan que después de
mí viene aquel a quien yo no soy digno de desatar las sandalias'.
Hermanos, este
mensaje de salvación está dirigido a ustedes: los descendientes de Abraham y
los que temen a Dios."
EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 1,57-66.80.
Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo.
Al enterarse sus vecinos
y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban
con ella.
A los ocho días,
se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su
padre; pero la madre dijo: "No, debe llamarse Juan".
Ellos le decían:
"No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre".
Entonces
preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran.
Este pidió una
pizarra y escribió: "Su nombre es Juan". Todos quedaron admirados.
Y en ese mismo
momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este
acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y
se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea.
Todos los que se
enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: "¿Qué llegará
a ser este niño?". Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba
creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el
día en que se manifestó a Israel.
EXTRAÍDO DE LA BIBLIA: LIBRO DEL PUEBLO DE DIOS.
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